24/05/2023 - CANNES 2023: El gran autor español Víctor Erice vuelve con una muestra de su amor absoluto por el cine en prácticamente todos los fotogramas

Han pasado 31 años desde que Víctor Erice hizo su último largometraje (El sol del membrillo, en 1992), o 41 años, si solo se tienen en cuenta los largometrajes de ficción (El sur, en 1982), por lo que el estreno a nivel mundial de su Cerrar los ojos [+lee también:
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ficha de la película] —que forma parte de la sección Cannes Première del Festival de Cannes— del lunes por la noche en el Teatro Debussy estuvo abarrotado de espectadores y lleno de expectación. Entre los asistentes se encontraban compañeros de profesión internacionales del gran autor español de 82 años, como Amat Escalante, Gilles Marchand, Nicolas Saada e Hirokazo Kore-Eda, todos ellos con un asiento reservado para esta experiencia singular (¿incluso eclipsando a Scorsese en esta ocasión?). El propio Erice estuvo ausente, quizá por los nervios del estreno. Ver cómo tu obra, en la que has estado trabajando durante décadas, despliega las alas y echa a volar hacia el mundo no ha de ser nada fácil.

De hecho, la escena inicial se remonta a 1947, en algún lugar de las afueras de París, donde un tipo corpulento, vestido de seda y con tocado árabe (un brillante Josep Maria Pou que parece el propio Sydney Greenstreet), que languidece en su carcomido castillo, es atendido por un criado chino de rostro inexpresivo. De pronto, entra en escena un extraño visitante, convocado para viajar a Shanghai y traer a casa a la hija del recluso togado —un escenario del escritor Chandler, sacado directamente de una película de la Warner Bros de los años cuarenta—. Y es que resulta que este metraje es en realidad una película dentro de esta película, La mirada del adiós, rodada alrededor de 1990 y abortada debido a la misteriosa desaparición del actor principal, Julio Arenas (José Coronado), del que nunca más se supo, lo que en parte hizo que el director de la película y mejor amigo de Julio, Miguel Garay (Manolo Solo, en el papel de un probable alter ego de Erice), se dejara la dirección por un tiempo y llevara una existencia recluida durante las décadas siguientes.

Es 2012, que es cuando tiene lugar la historia principal, y acaban de salir a la luz viejas imágenes sobre lo ocurrido para un programa de televisión sobre casos sin resolver. Las imágenes hacen referencia a Julio, y llevan a un Miguel inicialmente reticente (la remuneración ayuda) a participar en el programa. Todo esto acaba suponiendo un viaje al pasado, que va acompañado de una buena dosis de reencuentros: Miguel se reencuentra con la hija de Julio, Ana (Ana Torrent, que vuelve a trabajar con Erice tras su seminal actuación con tan solo cinco años en El espíritu de la colmena en 1973); busca a su antiguo amor argentino, y también de Julio, Lola (Soledad Villamil); y luego está su fiel amigo cinéfilo Max (Mario Pardo), que sabe todo lo que hay que saber sobre copias antiguas, máquinas de proyección, carteles de Nicholas Ray y milagros de Carl Th Dreyer.

Una vez más, el antiguo metraje desempeñará un papel crucial, quizá incluso induciendo un milagro de Dreyer, afectando y resucitando a varios de los implicados, entre ellos el propio Víctor Erice. Su amor absoluto por el cine (totalmente correspondido por el público del estreno) está presente en prácticamente todos los fotogramas de los 169 minutos de duración que quizás se podrían haber reducido, algo que, naturalmente, se le consiente a un Sr. E. que, después de tanto tiempo, sin duda se merece la oportunidad de extenderse un poco.

Cerrar los ojos ha sido producida por las españolas Tandem Films, Nautilus Films, Pecado Films y La mirada del adiós AIE, así como por la argentina Pampa Films. Sus ventas internacionales corren a cargo de Film Factory Entertainment.

(Traducción del inglés)